Pequeños cambios que hacen que todo a tu alrededor se tambaleé para ponerse mejor. Conocer a una persona especial hace que las cosas vayan mejor. También hace que todo se tranquilice y que veas el mundo de otra forma.
En una nueva ciudad en la que tus mejores amigos no están, al principio es difícil, pero conforme pasa el tiempo te das cuenta de que si que están ahí. El contacto sigue y nunca dejará de estar.
Compañeros de residencia, que reconozco que en este curso he pasado poco tiempo en ella, gente con sus inquietudes, con sus vidas, de las cuales algo, aunque no se muy bien cuanto, se podrá aprender.
Presentaciones de libros y las cañas posteriores, momentos especiales hablando con los héroes de mi infancia, que ahora están a mi alcance y resultan ser personas de carne y hueso.
Entrevistas a actores que hasta ahora solo veía en las películas y que alguna vez había soñado con conocerlos. Acudir a pases de prensa y relacionarme con críticos de verdad.
En fin 365 días de emociones compartidas.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar